Marcelo Paz: una candidatura que esconde un proyecto más ambicioso

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Marcelo Paz: una candidatura que esconde un proyecto más ambicioso
Marcelo Paz: una candidatura que esconde un proyecto más ambicioso

Marcelo Paz entendió que la política en Anta ya no es la misma. Los liderazgos eternos se desgastan, las estructuras territoriales se reconfiguran y las nuevas generaciones reclaman un lugar real, no solo decorativo.


Marcelo Paz entendió que la política en Anta ya no es la misma. Los liderazgos eternos se desgastan, las estructuras territoriales se reconfiguran y las nuevas generaciones reclaman un lugar real, no solo decorativo. En ese escenario, el actual diputado provincial decidió volver al ruedo electoral, pero no para quedarse en el mismo lugar: su candidatura es apenas el primer movimiento de una estrategia mucho más profunda. 

Encabezando la Lista 200 del frente Memoria y Movilización Social, Paz plantea una propuesta que no se agota en la elección de medio término. “No me postulo para que me conozcan me postulo para que se sepa hacia dónde vamos y qué queremos transformar”, declaró a Expresión del Sur. Con base en un armado joven y federal, busca encender una nueva etapa política en el departamento de Anta: un proceso de recambio que no niega la experiencia, pero que no tiene miedo de ceder protagonismo a nuevas voces.

Desde Las Lajitas, con la figura de Milagro Córdoba pasando por Apolinario Saravia, donde Emilia Pedraza y Antonella Juárez representan una renovación opositora hasta El Quebrachal y Joaquín V. González, donde se afianza un equipo plural y audaz, el nuevo espacio que lidera Paz no es una línea más en la boleta. Es una usina política que apunta al 2027, cuando los ejecutivos municipales estarán nuevamente en disputa y el poder territorial cambiará de manos.


Para Paz, el 2025 no es un fin en sí mismo. Es la plataforma para construir un nuevo tiempo político en Anta, donde lo colectivo se anteponga a lo personal, y donde las decisiones de fondo se tomen con los pies en la tierra y la mirada en el futuro.

Pero quizás la señal más clara de que algo está cambiando esté en Joaquín V. González, el propio territorio de Marcelo Paz. Allí, junto al intendente Juanilo Aguirre —su principal sostén político—, impulsaron una apertura que rompe con la lógica del "círculo cerrado", muchas veces cuestionado por la oposición. La incorporación del médico Claudio Navarro, excandidato a intendente que en 2023 compitió justamente contra Aguirre, como cabeza de lista de concejales, no es un dato menor. Se trata de un gesto político que habla de madurez, pero también de un nuevo código de convivencia dentro del oficialismo local.

Y es ahí donde el nombre de Paz vuelve a cobrar peso. Si bien su candidatura actual lo posiciona en la Cámara de Diputados, en su entorno no descartan que esté preparando el camino hacia algo más grande. El silencio ante esa posibilidad habla más que mil confirmaciones. En voz baja, muchos aseguran que Marcelo Paz podría ser el candidato natural a la intendencia en 2027, representando una síntesis entre renovación y experiencia, aunque la llegada de Navarro también encendió las alertas.

En un escenario donde la vieja política perdió aliados y el electorado exige respuestas, el desafío de Paz no es volver a ocupar una banca. Según se puede ver, su verdadero proyecto es político y territorial: trazar una senda distinta, formar nuevos liderazgos y, llegado el momento, disputar el poder real en los cinco municipios anteños.


Marcelo Paz es uno de los pocos dirigentes del interior que logró mantenerse vigente a lo largo del tiempo sin cambiar su esencia. Su primera elección fue en 2013, con un respaldo contundente de la gente. Muchos lo recuerdan como aquel joven sencillo, de perfil bajo, que caminaba los barrios de Joaquín V. González con la paciencia de quien sabe escuchar. 

Desde entonces pasaron más de diez años de trabajo legislativo, casi siempre en Salta Capital, con todo lo que eso implica para alguien que intenta mantener el pulso del territorio. En ese trayecto hubo aciertos, vínculos fortalecidos y también momentos difíciles, como los que atraviesa cualquier dirigente que elige no hacer de la política un espectáculo sino cumplir su verdadero rol el legislador, legisla.

Lejos de dar un paso al costado o conformarse con lo hecho, Paz eligió redoblar la apuesta. No viene a repetir un ciclo, sino a proponer otro completamente distinto. Uno que se construye desde abajo, con nuevos actores, y con una idea que excede a cualquier candidatura: marcar un rumbo para los próximos años en Anta.

No está claro si ese camino al final lo llevará otra vez a una banca, a un despacho municipal o las propias bases de su nuevo espacio departamental. Lo que sí está claro es que la política anteña empezó a moverse de formas inimaginables, y Marcelo Paz decidió no esperar a que le cuenten cómo termina esta historia: quiere escribirla desde el lugar que la gente le asigne.


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